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Tres personajes -dentro de un "cuarto" sin aberturas-, deben encontrar por sí mismos la razón de haber sido metidos ahí por el autor. Se saben pesonajes. Sus destinos son todavía peores que los peores destinos, pues nada tienen por detrás. Boer, Blas Levín y Dorel Fritzrith, son indudablemente las ratas blancas de un drama experimental ambiciosísimo.
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Copyright Fernando Millauro 1993.